La Familia, Báse de la Sociedad

En la escuela aprendí que la base de la sociedad es la familia, y en aquél momento no entendía aquello  de “base”; pero las experiencias y aprendizajes nos enseñan que se trata del fundamento, el apoyo, el sustento, la sede, el cimento de una sociedad. Es decir, sin la fortaleza que brinda la familia, no hay sociedad que soporte el peso de todo lo que sobreviene hacia arriba, si lo vemos como un gran edificio social. 

¡Qué maravillosa labor y sentido tiene la familia!, incluso ¡Dios mismo quiso tener una! y nos permitió tener una, para recibir allí lo que luego aportaríamos a los demás.

Esto sin duda, nos obliga a meditar, ¿qué recibí o recibo en mi hogar? Y ¿qué estoy aportando a la sociedad? ¿logré reciclar algunas cosas? ¿exijo más de lo que doy?

Muchas veces durante esta pandemia, hemos pensado en la familia; en la nuestra y la de los demás. Se han puesto a prueba los lazos que nos unen y cómo éstos habían soportado todo lo que en ellos colocábamos. Quizá muchas, sino todas han enfrentado la crisis económica, la crisis de salud, la de la presencia limitada o la comunicación virtual. Los más afectados han lidiado con la pérdida, la separación y la muerte. Todo esto, sin duda, ha generado cambios y nuevas adaptaciones.

Todas las familias, de alguna forma u otra han replanteado lo que hacen, cómo abrirán el presente y planearán para el futuro; sin embargo, quizá sólo algunas han puesto la mirada en la sociedad y en cómo los cambios que hagan a lo interno de su hogar, afectará la sociedad.  Y es que, si decido, sembrar alimentos en casa, no sólo lo haré para economizar, sino que nos alimentaremos mejor, utilizaremos eficientemente nuestros recursos y estaremos más saludables; además que aseguraremos la alimentación y el consumo de otros productos que por diversos motivos, no comprábamos al productor. También de esta forma, ayudaríamos al planeta a regenerarse y a nuestra familia a comunicarse mejor, lo que redunda en salud mental y fortaleza emocional, al tener algo que hacer en común  y el compartir sembrar, abonar, cuidar, cosechar y preparar los alimentos para disfrutarlos en casa. 

Esto. es sólo un ejemplo de algo práctico y sencillo que influye directamente en la economía, salud y estado de la sociedad; pero ¿cuántos cambios dentro de una familia x, han sido negativos y cuántos positivos, en los últimos tiempos?  Todos, de una forma u otra influirán en la sociedad sin reparos, así que aquí viene la pregunta:

¿Qué tipo de base aporta mi familia al gran edificio de la sociedad?

La familia sigue siendo y no dejará de ser la base de la nueva sociedad que se levanta; pero ella ha tenido pruebas que le obligan a cambiar esquemas y paradigmas, sin embargo, lo único que no debería cambiar dentro de ella, es el hecho que sus materiales ( todo lo que la compone) deben ser fuertes, suficientes y de la mejor calidad, para tener una sociedad firme, fiable y estable que ofrecer a las futuras generaciones.

Psic. Miriam Echevarría

Especialista en Psicología Educativa 

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